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miércoles, 9 de mayo de 2012

El nuevo Lancia Ypsilon 0.9 TwinAir 85 CV




Lancia es una de las firmas que mayor transformación está viviendo en los últimos meses gracias a su alianza con Chrysler. La mezcla de productos y el mayor énfasis en la sensación de calidad va a resultar muy provechosa económicamente para ambas firmas, si bien es cierto que parte de la esencia de cada marca se perderá lentamente por el camino.

Pero lo cierto es que así como los Thema y Voyager son las novedades más destacadas de Lancia, el auténtico súper ventas sigue siendo el pequeño Ypsilon, un polivalente que el año pasado estrenaba generación y carrocería de cinco puertas, que además es la única disponible (antes sólo podía comprarse con una de tres).




Con 3,84 metros de longitud, el Ypsilon es uno de los modelos más compactos del segmento B. Su diseño lo hace parecer incluso más pequeño pero esto viene dado principalmente por una altura considerable y la forma redondeada de su zaga.

El frontal me parece realmente atractivo y muy elegante. La gran parrilla frontal toma todo el protagonismo mientras que las ópticas alargadas añaden un toque moderno. En la vista lateral llaman la atención las formas de las puertas posteriores, tratando de simular a un vehículo de tres puertas. Por esa razón la forma de las ventanillas es ascendente y el tirador se encuentra escondido en la zona superior. Una cosa que sólo descubrirás una vez tengas que repostar es el nuevo sistema Easy Fuel que elimina el tapón del depósito y por tanto tener que pringarse las manos. Es un elemento interesante.


La zaga es la que más criticas levanta debido a unas formas demasiado redondeadas, y unas ópticas que muerden buena parte de la aleta. Como todo es cuestión de gustos, pero aquí parece que Lancia ha estado menos acertada a juzgar por los comentarios que he podido escuchar.


En Lancia querían hacer del Ypsilon un coche unisex y que pudiera llegar a un público más amplio que en entregas anteriores. Pese al esfuerzo en el intento, parece que no han logrado ese punto neutro que por ejemplo sí consigue un Fiat Punto.




Lo que uno espera de cualquier Lancia nada más abrir la puerta es una cuidada terminación y buena presencia. En el Ypsilon contamos con ello, aunque hay ciertos detalles que deberían haberse estudiado algo mejor.

Como en todas las generaciones del modelo, la instrumentación va situada en el centro del salpicadero, lo que modifica completamente la impresión visual de primeras. La información que allí vemos es la convencional más una completa pantalla multifunción en la que poder controlar los datos del ordenador, el equipo de sonido, el bluetooth y algunos parámetros del coche. 

Lo malo de su situación es que dependiendo de tu altura cuando conduces puede que parte del velocímetro quede escondido tras el aro del volante, lo que obligara a forzar la postura para controlarlo (y no están las cosas para perderlo mucho de vista). Si el velocímetro hubiese ocupado una posición más céntrica o el sitio del tacómetro, no habría problema alguno.

Continuando con el diseño interior, la consola central cuenta con el equipo de sonido en posición central e inmediatamente por debajo están los mandos del climatizador automático -de serie en el acabado Platinum probado-. El tacto de todos los botones me gusta y la presentación del climatizador me parece muy atractiva, añadiendo un toque de elegancia al conjunto.

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