El Ferrari 458 Italia es un deportivo que nos entusiasma. Ha llenado líneas y líneas los domingos en Motorpasión, y por eso le tenemos un cariño fuera de lo común. Hoy no lo traemos con sofrito sino al natural, como más nos gusta contemplarlo, en un duelo contra un… ¿qué pone aquí? ¿Serie 3 E30? ¿Tuneado? Pues vaya con la crisis…
Bien, antes de que le deis carpetazo al asunto, recordemos los atributos del italiano. Como su propio nombre indica, es un 4.5 V8. Desarrolla 578 CV (425 kW) a 9.000 rpm y tiene su par motor máximo de 540 Nm en las 6.000 rpm, aunque desde las 3.250 vueltas ya alcanza el 80 % de su fuerza. Eso le permite trabajar de forma efectiva durante un arco de 2.750 rpm. Ligero como es, carente de retrasos y ayudado con su transmisión de doble embrague, logra el 0 a 100 en 3,4 segundos.
Por su parte, el bávaro salió de fábrica a finales de los 80 con lo puesto, pero hace años que vive en Suecia y se ha rendido a los encantos del bricolaje escandinavo. Ahora su motor es un V10 S85B50brutoalimentado, bebe etanol al 85% como un vikingo, desarrolla 560 CV y lleva llantas de oro (o de color Golden Chinese Restaurant, pero dan el pego), que eso siempre es un punto a favor.
Hagan sus apuestas…
Em… Casi que la próxima vez va a ser más espectacular ver al pobre Cavallino a la plancha que humillado por un bicho que, vale, se lo tomará con calma, pero una vez que logra sobrealimentarse, corre que se las pela. Ahora en serio: ¿alguien en la parroquia había dado un duro por él?
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